Caravelí, el año 1950, era un pueblo muy tranquilo. Lo
que pasaba en Lima, América o el mundo no era conocido por nosotros los
caravileños. Europa y el mundo habían salido de la Segunda Guerra Mundial y
Estados Unidos le declaraba la guerra a Corea. Manuel A. Odría era presidente
del Perú; en 1948, en una revolución en Arequipa, destituyó al presidente José
Luis Bustamante y Rivero que había sido elegido presidente el año 1945. En
1950, en elecciones, Odría triunfa y gobierna hasta julio de 1956.
En esa década, Caravelí (Arequipa) tenía su calle
grande que era el centro de la ciudad donde vivían las familias diríamos de
mayor poder adquisitivo. La familia Valdiviezo, la familia Gonzales, la familia
Andía, la familia Navarro (Óscar), la familia Arias (Jorge Arias), la familia
Rodríguez (Aparicio Rodríguez), la familia Beltrán (César y Luis), la familia
Velarde (Raúl), la familia Salazar (don Manuel), etc. En esta calle había
grandes tiendas, como la de don Alberto Gonzales, Óscar Montoya, don Salvador
Salemne (el Turco), así como una pequeña fábrica de gaseosas de don Eduardo
Valdiviezo.
En los meses de marzo, llegaban los llameritos
que venían desde Sayla y Apurímac en sus llamas; ellos traían chuño, quinua y
charqui para hacer trueque con higo seco. Generalmente eran dos arrobas de higo
seco por una arroba de chuño. En esos años de la década del 50, en Caravelí
llovía mucho; las lluvias comenzaban los primeros días de enero y terminaban en
marzo; el río siempre estaba cargado, las entradas eran por la quebrada de
Chuñuño y Macha, los alrededores de los ríos estaban llenos de chilcos, molles
y huarangos.
La gente caravileña se dedicaba a la agricultura. En
los meses de enero se sembraba papa, maíz o frejol y se cosechaba en el mes de
abril. También había grandes viñedos, cuyas cosechas eran llevadas a los
lagares para ser convertidas en vino y pisco; de estos teníamos en el Gentilar,
Colca, Cuyo Cuyo, Caspaya, Chirisco, la Cantera y la huarca.
La economía caravileña era en ese entonces una
economía de autoconsumo y trueque. Se compraba en las tiendas arroz, fideos y
algunas especies; el consumo de estos productos era muy bajo. Las familias
tenían su maíz, papas, trigo, chuño, charqui y harina. El trigo que salía en el
mes de diciembre, una parte se lo llevaba al molino para hacer la harina y
tener este insumo para los carnavales, cuando se hacían los dulces: bizcochos,
rosquitas, pan de manteca, bizcochuelos, pasteles, etc. La manteca se la
obtenía del engorde de los chanchos con higos, maíz y restos de comida.
En Caravelí había dos panaderías conocidas que hacían
el pan caravileño todos los días. Eran las de la señora Otilia Coronado
(todavía sigue la tradición gracias a su hijo, amigo y tocayo mío, el famoso
Roco) y la panadería de la señora Juana Rodríguez de Almanza. Su esposo era don
Alfredo Almanza, quien se desempeñaba como cartero. Todas las mañanas, muy
temprano, íbamos a hacer nuestras colas para comprar el pan que recién salía
del horno.
Reseñadas estas costumbres, vuelvo al espacio tiempo
del año 1951. La vida de un muchacho caravileño era levantarse temprano e ir a
la chacra, segar, dar de comer a los animales que uno tenía (una vaca, caballo,
acémila), luego traer la vaca para que la mamá la ordeñe y con esa leche
preparar el desayuno. Ya la mamá o el hermano o la hermana había comprado el
pan que acompañado de su queso, aceituna y algunas veces su pedazo de charqui
con su papa sancochada se desayunaba, para luego partir al colegio. Recuerdo
que el año 1951, a los 7 años, conocí las primeras letras del abecedario y
luego el silabario en la escuelita del Alto Molino; ahí enseñaba la Srta. Rosa
Sarmiento. Se llamaba Alto Molino porque al costado había un molino (quimbalete)
que movido por la caída del agua molía mineral que contenía oro. El dueño de
este quimbalete era la familia Dorrego. Digo fue porque en ese año 1951 ya no
funcionaba, ya que la familia Dorrego había migrado a Lima pienso con una
fortuna obtenida informalmente.
En el año 1952, ingresé a la escuela primaria de varones #1401. El director era el profesor Aníbal Villena. La escuela funcionaba donde actualmente está construido el complejo deportivo. Mi escuela para mí era hermosa. La entrada tenía una puerta grande y a ambos lados había muros de adobe que terminaban en un techo. Las paredes eran de adobes cruzados con columnas cada 4 metros. Creo que esta fachada tenía unos 80 metros. Cruzabas la puerta e ingresabas por una vereda de piedra laja de unos dos metros de ancho, a ambos lados había jardines. Esta vereda era de unos 20 metros que empalmaba con 3 pasos para subir al nivel donde estaban la dirección y los salones de clase. Pasabas por un hall donde a la mano derecha, al fondo, estaban transición y primer grado. Y en el mismo hall, segundo grado y, a la mano izquierda, estaba tercer grado. Volteabas a la derecha y estaban los salones de cuarto y quinto grado, y al fondo el baño o excusado. Al costado de estos salones, había un corredor de unos dos metros de ancho; estos rodeaban el famoso patio de recreo de un área aproximada de 80m x 20m: 1600 m2. Aquí había una cancha para jugar básquetbol, pero donde también jugábamos la famosa “pesca” a la cual siempre hace referencia mi apreciado amigo Marcel Navarro Arias; también se jugaba al trompo, bolas, el ketche, bolas al ñoquito, etc.
En el recreo podíamos salir a comprar a las dos
tiendas que había al frente: la de la señora Dorila y la de la tía Trinidad,
donde comprábamos nuestro pan con chancaca, la chicha de jora dulce que era
exquisita, los dulces (bizcocho, maicillos, alfajor, rosquitas, bollitos); y
algunos corríamos a la tienda de doña Floriza (frente a la iglesia de la Virgen
del Buen Paso) donde comprábamos los alfeñiques que eran deliciosos. Algunos
compañeros no salían porque llevaban su fiambre que podía ser habas, higo seco,
pasas, etc. Los años que pasé en esta escuela junto a mis compañeros son años
inolvidables que nunca más volverán, comenzando desde transición con el
profesor Ángel Pulcha, un maestro educado en la Universidad San Agustín. Era
buen maestro con una buena técnica de enseñanza. En este año recuerdo que se
utilizaban las láminas de Lola y Pepe. Como me referí al inicio, el general
Odría había dado impulso a la educación y a Caravelí llegó el incentivo de
mejorar la enseñanza. Aquí recuerdo a compañeros como Lalo y Manuel Beltrán. En
transición y primaria, que enseñaba el profesor Ángel Pulcha, aprendí a leer y
a escribir perfectamente. Sin resaltar mi ego, debo decir que el profesor
Pulcha le decía a mi padre que era “una navaja”. Con conocimientos y ya más
formado, ingresé al segundo año en el que fue mi profesor el director de ese
entonces, don Aníbal Villena. En este año ya nos empezaron a enseñar a sumar,
restar, multiplicar, así como algo de historia. Aquí tengo que mencionar como
compañeros a Julián Navarro (creo que lo crio don Fidel Salinas). El profesor
Aníbal Villena lo mandaba a segar alfalfa para el chanchito que tenía el mismo
profesor. También tengo que recordar que este era muy estricto y castigador.
Nosotros a las 8 a.m. teníamos que estar en el aula sentados y en silencio. Si
había una tardanza o algo raro, nos mandaba a colocar en fila india y con su
martincito nos hacía ingresar al salón. Recuerdo que, una de estas veces,
Manuel Salazar Fajardo recibió un tremendo latigazo que, en lugar de entrar,
salió corriendo y gritando y se fue a su casa. Al rato regresó con su madre,
doña Pascuala, y se armó las de san quintín. Doña Pascuala le dijo, aparte de
muchas “golosinas”, que lo iba a denunciar. Yo creo que la amenaza surtió
efecto porque posteriormente el profesor Benjamín Andía fue el director.
Se acercaba el cambio de gobierno. El año de 1956
entraría al poder el Dr. Manuel Prado Ugarteche. En este año, cursaba el 3ro de
primaria. Nuestro profesor era don Godoberto Valdiviezo, un maestro con
vocación, estricto y disciplinado. Un profesor de temer, había que estar con
las orejas bien paradas. Aquí tengo que mencionar a varios compañeros, algunos
que ya nos han dejado como Armando Rosas, Julián Navarro, “Dinamita”, otros
como mi tocayo Roco, los hermanos Eleazar y Juan Gonzales, Segundo Jiménez,
etc.
Aquí hay dos anécdotas que contar. Pero primero debo
decir que nuestro profesor Godoberto Valdiviezo era estricto en la clase, pero
enamorador y bailarín, ya que sabía bailar el tango muy bien.
Aquí van las dos anécdotas:
a.-Estábamos en clase, el profesor estaba en la
pizarra con su tiza, la puerta estaba cerrada y nosotros estábamos con las
orejas bien paradas. En eso tocaron a la puerta, mandó abrir y se presentó don
Enrique (de la banda de los Tunales) con su hijo, saludó y le dijo al profesor
Godoberto que traía a su hijo para que le enseñe y lo encamine ya que era muy
lento. El profesor le contestó que no se preocupara, que le iba a poner una
dinamita. A partir de ese momento, su nombre fue el de “Dinamita” (que en paz
descanse, amigo compañero).
b.-Un día de clase, el profesor Godoberto estaba en la
pizarra de espaldas haciendo una operación de multiplicación. Cuando alguien
hizo algo (ese alguien era Segundo Jiménez). El profesor volteó y encontró
infraganti al compañero, y agarró su pito, que lo tenía en el pupitre, y se lo
tiró al compañero. Sin embargo, este no fue a dar al objetivo deseado sino a un
tintero que saltó manchando cuadernos y alumnos; debo decir que aquí, en el
tercer grado, como carpetas se usaban mesas grandes, eran seis y nos sentábamos
alrededor de ellas. Es así que el pito que tiró el profesor pasó por mi
delante, ya que a mi costado se sentaba Segundo Jiménez.
El 4to de primaria fue un año en el cual ya me sentía
un hombrecito, ya razonaba, pensaba, podía ver lo que sucedía a mi alrededor;
sabía cuáles eran mis deberes y obligaciones. Tuve la suerte de tener
nuevamente como profesor a Ángel Pulcha y ya nos enseñaban Geografía, Historia,
Educación Cívica, Naturaleza (Botánica y Animal). Aquí tengo que recordar a mi
amigo Eduardo Huamaní, Edin Neyra. En este año, yo pude apreciar los
campeonatos de básquet y vóley que se realizaban en el colegio, para eso venían
las alumnas del colegio de mujeres #1402. En el cuadro de básquet masculino jugaba
Carlos Valdiviezo, Benjamín Andía Abuid (Mincho). Eran tardes muy bonitas que
se repetían dos o tres veces al año.
Caravelí se comunica por telégrafo y el correo que lo tiene don Saúl Neyra Ampuero y que es una vez a la semana hasta Chala. Su carretera es una trocha. Algunas veces veíamos películas que traía el Chino Olazábal y las pasaba en el local de doña Zoila Chávez, esposa de nuestro querido Oswaldo Guerrero. Ahí pasaban las series de Tarzán, el Llanero Solitario, Roy Rogers, donde la pasábamos felices cuando el joven rescataba de los indios a alguien que estaba en peligro. Además, una película que recuerdo que vi fue “La vida en un hilo”.
Posteriormente, don Saúl Neyra comenzó a pasar
películas de la época del cine de oro mexicano, con grandes actores y actrices.
Arturo de Córdova, Emilio Tuero, Fernando Fernández, el charro Pedro Infante
con su última canción “Flor sin retoño”. Este artista murió en 1957 en un
accidente de aviación, mientras manejaba su avión. Otros actores eran Jorge
Negrete, Pedro Armendáriz y las actrices Carmen Sevilla, Sarita Montiel,
Libertad Lamarque, Zully Moreno, Emilia Giu, Elsa Aguirre, Rosita Quintana, Ana
Bertha Lepe que fue miss México.
Debo recordar que cuando se pasaban las películas en
el local de la señora Zoila, los que no teníamos dinero para entrar por la
puerta, algunos lo hacíamos por la acequia o por la parte de atrás, donde se
cruzaba la huerta de don Alfredo Navarro y se llegaba a la cocina donde se
agarraba algo para luego pasar. Después había que saltar la pared e ingresar al
baño, y entrar al patio donde se proyectaba la película.
Costumbres que no deben olvidarse
Creación de la provincia de Caravelí: Caravelí fue
elevada a villa por ley el 9 de noviembre de 1839 y luego a categoría de ciudad
por ley el 2 de setiembre de 1870. El 22 de febrero de 1935, mediante ley
#8004, el general Óscar R. Benavides crea la provincia de Caravelí. A la muerte
(asesinato) del general Luis M. Sánchez Cerro, el congreso constituyente eligió
a Benavides como presidente constitucional el 30 de abril de 1933. Luego
transfirió el mando el 8 de diciembre de 1939 al Dr. Manuel Prado y Ugarteche.
Toponimia: Caravelí procede de las palabras quechuas “Cjara
Hualli” que significa mandil de cuero, es decir, hombre con mandil de cuero.
Según la tradición, los primeros habitantes de Caravelí se cubrían con vestidos
de cuero de guanacos.
Caravelí tiene 13 distritos: Lomas, Bella Unión,
Jaqui, Acarí, Yauca, Atiquipa, Chala, Huanuhuano, Cháparra, Quicacha, Atico,
Caravelí, Cahuacho. Caravelí tiene un clima primaveral todo el año.
El 9 de setiembre de 1939 se iniciaba la Segunda
Guerra Mundial con la invasión de Alemania a Polonia. Y terminaría en el año
1945 con el tratado de paz de Versalles. En el Perú, por su parte, es elegido
presidente el Dr. Manuel Prado y Ugarteche para el periodo 1939-1945. Durante
su mandato se firmó el Protocolo de Río de Janeiro, el 29 de enero de 1942, con
la república de Ecuador, siendo garantes de este Estados Unidos, Brasil,
Argentina y Chile.
En el año 1945, el Dr. José Luis Bustamante y Rivero
es elegido presidente para el periodo 1945-1950. Bustamante y Rivero es el
adalid de las 200 millas marítimas. Sin embargo, el general Manuel Apolinario
Odría hace una revolución en Arequipa y destituye a Bustamante y Rivero el año
1948. El año 1950, Odría lanza su candidatura a la presidencia de la República
y es elegido presidente para el periodo 1950-1956. En el año 1950 se inicia la
guerra entre Estados Unidos y Corea. Esta guerra permitió que el precio de los
minerales subiera, especialmente el del cobre. Esto dio lugar a que nuestros
ingresos por exportaciones se incrementaran, lo que permitió que el gobierno
del general Manuel A. Odría hiciera grandes obras de infraestructura. Construyó
la carretera Panamericana, creó las unidades vecinales de vivienda y las
grandes unidades escolares para hombres: Ricardo Palma (Surquillo), Alfonso
Ugarte (San Isidro), Melitón Carbajal (Lince), Bartolomé Herrera (San Miguel),
Ricardo Bentín (El Rímac). Para mujeres, el Teresa Gonzales de Fanning (Jesús
María), Elvira García y García (Breña), Juana Alarco de Dammert (Miraflores).
También construyó el ministerio de Educación en el parque Universitario,
llamado así porque ahí se encuentra la casona de la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos. En esa época el ministerio de Educación era el edificio más alto
del Perú; también construyó el ministerio de Economía (avenida Abancay), el
ministerio de Trabajo (avenida Salaverry) y el ministerio de Fomento, hoy
ministerio de Transportes (avenida Wilson y 28 de Julio).
El Dr. Manuel Prado y Ugarteche es elegido presidente
para el periodo 1956-1962. Fue un gobierno oligárquico, pero durante su
mandato, en abril del año 1960, se fundó, en Caravelí el Colegio Nacional
Independencia del Perú, cuyo primer director fue el Dr. Mario Delgado Paredes.
Prado fue derrocado mediante un golpe de estado el 17
de julio de 1962, once días antes de su término, alegando que se había cometido
fraude electoral al salir victorioso el Partido Aprista Peruano, cuyo candidato
era Víctor Raúl Haya de la Torre que compitió con Fernando Belaunde Terry. El
18 de julio juraba, al mediodía, la Junta Militar integrada por cuatro
presidentes: los generales Ricardo Pérez Godoy, Nicolás Lindley López, el
teniente general FAP Vargas Prada y el vicealmirante Juan Francisco Torres
Matos. El 3 de marzo de 1963, Nicolás Lindley reemplaza al general Pérez Godoy
y, tras nuevas elecciones, entrega el mando al arquitecto Fernando Belaúnde
Terry el 28 de julio de 1963. Belaúnde nacionalizó la Caja de Depósitos y
Consignaciones; puso en marcha el sistema de Cooperación Popular y restituyó
las elecciones municipales. En su gobierno, surgieron movimientos guerrilleros
(1965) (De la Puente y Uceda, Hugo Blanco). El 3 de octubre de 1968, es
destituido por un golpe militar encabezado por el general Juan Velazco
Alvarado.
A continuación, la reseña de este relato de costumbres
no son los que me han contado, sino lo que yo viví y gocé. En las fiestas
navideñas, en el mes de diciembre, la mayoría de las casas hacía su nacimiento
esperando la venida del niño Jesús. Con anticipación en unas latas de leche las
llenaba de tierra y las sembramos de trigo. Los nacimientos más grandes y
hermosos eran el nacimiento preparado por la tía Trinidad Neyra adonde llegaban
los 3 Reyes Magos a adorar al niño Jesús, después de haber ingresado a la
catedral a rendir homenaje al niño. Esto era el 6 de enero. Como dije
anteriormente, terminada la fiesta navideña, el pueblo de Caravelí se preparaba
para rendir homenaje a la patrona de Caravelí, la Virgen del Buen Paso, cuya
fiesta se iniciaba con las novenas del 23 de enero al 5 de febrero. Son 9
noches de novenas (del 23 al 31) y el 1 de febrero las vísperas y el 2 la
procesión central.
Estamos en el año 1593, en Sevilla, donde nace Álvaro
Andía. Cuando tuvo 20 años decidió ser pescador. Cuando tenía 28 años sale en
la tarde a hacer su trabajo rutinario. Habiendo llegado al lugar indicado, lanza
las redes. Horas después, queda dormido, despertando a la una de la mañana del
siguiente día y ve en su red abundante pescado. Recoge las redes e inicia el
retorno teniendo como guía una lucecita, pero Álvaro se da cuenta que se
encuentra frente a las costas de las Islas Canarias. Al llegar cerca a los
peñascos, las aguas se ponen bravas y no puede desembarcar, y ve que aquella
luz misteriosa que era su guía nace de una pequeña imagen. Álvaro piensa que
está en un mundo irreal: un misterioso viento aparece balanceando a la pequeña
embarcación, una fuerte lluvia acompañada de rayos y truenos invaden la zona.
Álvaro, extenuado de remar para llegar a la tierra, ve a la pequeña imagen e
inclina la cerviz y en tono respetuoso se encomienda a dios. Las aguas del mar
se violentan más, los remolinos del viento crecen, las negruzcas nubes
oscurecen. Álvaro, temeroso e impotente, oye una voz celestial que le dice:
“¡Álvaro, ven sácame de aquí!”. Él le contestó: “No puedo desembarcar”. “¡No
temas, da el paso y ven sácame de aquí!”. La voz misteriosa invadió la
conciencia de Álvaro que se encontraba en zozobra de la desesperación. En aquel
instante las aguas se retiraron quedando la barca en terreno seco, los vientos
se calmaron, la luz del sol apareció por encanto. Álvaro, absorto por lo que
veía, inmediatamente saltó a tierra como pájaro libre de su jaula y corrió
cuanto pudo a la gruta donde se encontraba aquella imagen. La tomó en sus
brazos. Era la imagen de una virgen. Esta le dijo: “Llévame al nuevo mundo, al pueblo
de Caravelí, yo te guiaré”. Álvaro cogió a la virgen y estando en su barca
comenzaron con el viaje hasta llegar al Puerto de Moguer. Álvaro desembarcó
feliz de arribar a su casa, marcó en el almanaque dentro de un círculo 3 de
febrero. Él vio que no era una simple imagen, se trataba de la Virgen María
tallada en ébano de África.
Transcurrieron 7 años y Álvaro estaba decidido a
cumplir la promesa de llevarla al Nuevo mundo, a Caravelí. Álvaro se preguntaba
cómo sería Caravelí. Él deliraba pensando en conocer la tierra desconocida y
prometida. El 8 de enero de 1628, dejó su patria, su casa, sus padres, para
embarcarse con destino al Nuevo mundo. Pasaron 54 días y llegaron a Panamá,
donde lo acusan de ladrón, sacrílego, por tener una imagen de la virgen.
Estando prisionero, Álvaro escuchó una voz que le decía: “¡Álvaro, levántate,
ya es hora, vamos!”. Como estaba sujeto por cadenas y grilletes, contestó: “No
puedo. Como vez, estoy prisionero”. La Virgen le dice: “¡Da un paso y vamos!”.
Así fue. Álvaro fascinado y obediente se levantó del
suelo. Esta escena de estar encarcelado y ser liberado inusitadamente se repite
22 veces a través de los diferentes pueblos de la costa del Pacífico. La fe de
llegar al pueblo prometido fue tanta, que llegó el año 1630. Pasó un mes y un
día que tuvo que abandonar la orilla del mar. “Allá queda el pueblo de
Caravelí”, exclamó un pescador señalando el lugar. Álvaro, lleno de gozo, miró
el lugar señalado e inició el recorrido; como era enero, la lluvia no se dejó
esperar. Esta estaba acompañada de truenos y rayos. Álvaro estaba lleno de
pánico, sus nervios quedaron casi destrozados. Al llegar a la cumbre de esta
cadena de cerros, miró alegremente al Indio viejo. Descendió rápidamente y
antes de llegar al poblado se sintió rendido de cansancio. Divisó un frondoso
árbol para recostarse debajo; él sacó la imagen de una bolsa, la puso sobre una
piedra y junto a ella se recostó para descansar.
Después de algunas horas de sueño, fue a levantarla
para seguir avanzando, pero ya no la pudo mover. Por lo que comprendió que
había llegado el fin del camino. Esta era la última jornada; según el
calendario era el 2 de febrero. Álvaro, lleno de gozo por haber cumplido su
palabra de llevarla al pueblo de Caravelí, se sintió realizado. Y por todas las
acciones salvadoras por las que había pasado, la llamó “Virgen del Buen Paso”.
Álvaro establece celebrar la fiesta de la virgen el día 2 de febrero de cada
año.
La fiesta se inicia el 23 de enero con repique de
campanas acompañado con cohetes y camaretas que preparaba el Sr. Adolfo
Portocarrero. Ya en la noche, 7 p.m., se iniciaba la primera Novena que duraban
hasta el día 31 de enero.
Esta época era muy lluviosa. Las lluvias comenzaban
los primeros días de enero, es así que en febrero ya todos los cerros estaban
verdes. La plaza del Carmen era una plaza muy acogedora, irradiaba calor.
Alrededor de ella vivían familias caravileñas. Generalmente esta plaza servía
como cancha de fútbol. Aquí jugaban todos los domingos el Club deportivo la U y
el club Obrero. Pero también se realizaban otras actividades: campeonatos de
vóley entre el Club Lusitania y el Club Iris; kermeses; corrida de toros, etc.
El día 2 de febrero, después de la misa, la Virgen del
Buen Paso salía en procesión hasta la catedral (en la Plaza de Armas), donde se
realizaban la misa de fiesta. Al día siguiente, el 3 de febrero, la Virgen
salía en procesión rumbo a su iglesia siguiendo un recorrido que ha ido
cambiando todos los años.
Los días 4 y 5 de febrero, había corridas de toros que
se realizaban también en la plaza del Carmen. El ruedo se lo hacía con
camiones, camionetas y madera. También había baile social con música de Pedrito
con su violín y la guitarra con Alfredo o José (los tres eran cieguitos). Ya el
año 1959-1960, se hizo con el Pick Up que estaba de moda.
La próxima fiesta de arraigo y recojo era la Fiesta de
Pascua y Resurrección. Aquí la catedral con sus grandes altares y las imágenes
que había, se adornaba de luto. Había un recogimiento muy cristiano porque era
recordar la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo.
Comenzaba esta con el Domingo de Ramos y continuaba
con las procesiones de lunes a viernes. La gente acompañaba con sus velas. Pero
lo que más recuerdo y me impactó era cuando Jesús cargaba la cruz ayudado por
San Sirineo. Y la Virgen su madre le daba el encuentro. Todo parecía real.
El día viernes, Jesús ya muerto, había el Sermón de
las 7 palabras. Ese día nadie podía hablar más de lo debido, no podía cantar ni
silbar. Mi padre nos llevaba a la plaza de armas y sentados en una banca,
escuchábamos el Sermón de las 7 palabras.
El día viernes a las 8 de la noche, salía el Santo
Sepulcro que era un anda muy grande y pesada que era cargada por varones que
usaban una vestimenta muy especial de color blanco. Regresaba a la iglesia ya
en la madrugada y a las 2 p.m. después de recorrer calles a paso muy lento.
El Sábado de Gloria era el día que esperábamos con
mucha tranquilidad y alegría porque sabíamos que el domingo Jesús resucitaría.
Esta era una ceremonia muy concurrida y hermosa.
CORPUS CHRISTY: Esta es una fiesta religiosa pagana,
es movible ya que puede caer a fines del mes de mayo o los primeros días de
junio. Es una fiesta muy alegre y divertida. Son dos santos que llegan de
Cahuacho (San Andrés) y Arequipa (San Pedro) al valle de Chuñuño, donde son
colocados en sus respectivas andas e inician su entrada al pueblo de Caravelí;
en el camino, se encuentran en el Gentilar con San Isidro y Santa Rosita, que
baja del Valle de Macha. Los cuatro santos prosiguen acompañados por la gente
que va aumentando conforme se van acercando a la ciudad. Llegaban al Alto
Molino y bajaban por Colca entrando a la Calle Grande de Caravelí. Los santos
van acompañados por una gran multitud y una banda de música con instrumentos de
tambor y quenas que entonan una música muy especial que da origen al baile de
las vacas.
Ya en la Calle Grande y la calle Alfredo Palacios, se
encuentran con Santo Domingo que viene del valle de la Huarca también
acompañado por gente muy joven.
Hay que indicar que Caspaya es una hacienda donde se
produce la uva y se elaboraba el vino, pues en el trayecto la gente viene
libando este néctar que alegra.
El encuentro de Santo Domingo, que viene de Caspaya, con los santos que vienen de Chuñuño es un encuentro muy ameno y jocoso, ya que al momento de saludarse se le daba cierta interpretación. Comenzaba el saludo de San Pedro con Santo Domingo que era muy cordial y respetuoso e igual con San Andrés. Pero el saludo de Santo Domingo con San Isidro era muy especial, ya que este era un amigo muy especial de Santa Rosita. Y Santo Domingo que venía con sus copitas lo consideraba a San Isidro su rival, es así que al saludarse este no era como los anteriores sino que era cabeza con cabeza. Ni qué se diga cuando Santo Domingo saludaba a su amor platónico Santa Rosita: el saludo era muy especial y galante.
Terminados los saludos, subían a la Plaza de Armas donde en cada esquina había grandes altares adornados con espejos, alhajas e igual arcos llenos de flores. Los santos daban una vuelta completa a la plaza e ingresaban a la catedral para que al día siguiente salgan en procesión acompañados de San Pedro, quien les había dado la bienvenida.La procesión, que se realizaba al día siguiente, salía de la catedral a las 4 p.m. y recorría altar por altar donde se les rendía homenaje como he dicho anteriormente; estos altares eran inmensos, cubrían las dos esquinas y estaban bien adornados. Cada uno de estos altares tenía un mayordomo que daba la bienvenida a los santos. Y una vez terminada la procesión en cada altar, el mayordomo ofrecía a los fieles comida y licor que duraba unas 2 o 3 horas.Al día siguiente, San Pedro se despedía de los santos
en la catedral, volviendo cada uno de ellos a su lugar de origen: Santo Domingo
a Caspaya, San Isidro al Gentilar, Santa Rosita a Macha, y San Pedro y San
Andrés a Chuñuño.
Es muy conocido que, a la semana siguiente, tanto en el Gentilar como en Chuñuno había corrida de toros.
Emocionada hasta las lágrimas, de como narra mi querido hermano sus vivencias en su infancia en nuestro querido Caraveli,hermoso y que tal memoria, siempre le gustó leer y escribir. Como te dejas extrañar hermanito siempre vives en mis recuerdos y corazón ❤️❤️
ResponderEliminarYo también me emociono evocando mi infancia junto a mis padres en mi hermosa tierra caravileña, especialmente
ResponderEliminarEn la Huarca .
ResponderEliminarNuevos saludos desde Australia, Jorge, y ahora para agradecerte las históricas líneas presentadas para ilustrarnos algo del pasado de nuestro querido Caravelí. Se las voy a leer a mi madre, quien reside en casa de retiro, estoy seguro q le van a traer muchas memorias. No pares de volcar tu memoria de todo lo q nos puedas contar sobre nuestra ciudad de nacimiento, Gracias. PGMH
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